miércoles, 7 de diciembre de 2016

PISA Y LA ABUELA DE LA LOTERÍA

Parece ser muy complicado hacer una valoración objetiva y justa de los resultados de PISA publicados en el día de ayer. Si nos ceñimos a la clase política, el hecho que en España por primera vez salgamos de estar por debajo de la media, ha hecho que la reacción en algunos casos sea similar a la del pueblo del anuncio de la Lotería Nacional de este año. Y en este caso podríamos, a tenor de ciertas lecturas, alargar la comparación hasta el final: al igual que el pueblo del anuncio celebra una fiesta falseada porque se apiada de la pobre mujer mayor que parece que chochea, aquí se lanzan las campanas al vuelo por el hecho que hemos alcanzado ya a Europa, obviando que este hecho se ha producido más por la bajada de la media europea, que por una mejora sostenida y real en nuestro país que, además, presenta dentro de sus comunidades diferencias de hasta ¡66 puntos!

Y esto, sólo es el comienzo. Veamos este interesante gráfico:

http://elcafedeocata.blogspot.com.es/2016/12/pisa-primera-impresion-mientras.html

LECTURA: Entre 2000 y 2015, mejora España 3 puntos, mientras que la media de la OCDE baja 7. Sí podríamos añadir que entre 2009 y 2015 hemos ganado 15 puntos, pues en 2009 tocamos fondo, pero al final, desde que empezamos con este tipo de valoraciones, estamos sólo un poquito mejor. Aún así, quizás sea este el único motivo de cierta alegría si nos ceñimos al dato de entre 2009 y 2015.

MATEMÁTICAS: Entre 2003 y ahora mejoramos 1 punto, mientras la media europea baja hasta ¡10 puntos! Dato muy preocupante este y por el que es imposible sacar pecho.

CIENCIAS: Entre 2006 y 2015 mejoramos 5 puntos (aunque respecto a 2012 bajamos 3), mientras que la media europea toca fondo bajando otros 7 puntos. Poco por celebrar, pues.

Aquí un gráfico resumen de los rankings por países y comunidades autónomas:

Nombrar a Finlandia se ha convertido casi en el juego preferido de todo el mundo cuando se trata de hablar y discutir sobre educación. Por general, se ha convertido en el Santo Grial de la Educación del que debemos aprender, el espejo donde reflejar nuestras esperanzas y también nuestras frustraciones educativas. Desde que empezó PISA, Finlandia ha encabezado las listas una y otra vez, aunque de un tiempo hacia aquí se empezaba a notar cierto descenso que estas últimas evaluaciones ha confirmado: Finlandia ha experimentado una de las bajadas porcentuales más claras y significativas de todos los países que participan del informe PISA: ni más ni menos que ¡26 puntos! en el total, aunque estando como estaba tan arriba, siga conservando una posición que otros muchos querrían. Sólo Vietnam (con una bajada escalofriante de 42 puntos) supera el fiasco finlandés, que parece que está recogiendo un poco lo que ha venido sembrando estos últimos años, en los que parece que cualquier innovación que pretendieran llevar a cabo la convirtieran en oro. 

Eso liga con toda la evidencia de la que disponemos y que venimos defendiendo en este blog desde el principio: la innovación por la innovación no es un valor en sí misma y, en algunos casos, viene a ser la antesala de la catástrofe. Y ya que hablamos de evidencia, el informe PISA no es sólo unos resultados numerales de tal o cual país. En él también hallaremos letra pequeña que realmente nos parece mucho más sustanciosa si queremos ver qué hacemos bien y en qué erramos el tiro. A modo de ejemplo destacaremos dos conclusiones que se pueden sacar de lo visto:

1- Sin conocimientos de base, no hay procedimiento que valga. Los países que marcan el top en cuanto a conocimientos conceptuales, también conservan ese top en cuanto a procedimientos. Desde El Café de Ocata, aquí lo tienen:


2- La instrucción directa, y aquellos países que siguen utilizándola como base educativa, son los que sacan mejor rendimiento de sus alumnos, muy por encima de los países que apuestan por el aprendizaje basado en descubrimiento. Desde la magnífica página web de Pedro de Bruyckere aquí tenemos la tabla correspondiente:


Una vez más, la tozudez de la evidencia sólo es comparable a la tozudez de algunos gobiernos y gurús educativos que, más que lanzarse a celebrar por todo lo alto el Premio Gordo que realmente no nos ha tocado, deberían preocuparse por la salud mental de la abuela.