viernes, 6 de mayo de 2016

OMG! PODER CANIJO

Muchas veces parece, a lo largo de la historia, que viviendo como siempre lo hacemos irremediablemente en el presente, nuestro escepticismo se imponga sobre futuros llenos de negros nubarrones y malos augurios por parte de algunos agoreros dispuestos siempre a magnificar desajustes, problemas y demás "fallos de sistema" inherentes a cualquier aspecto de la vida humana. Dicho de otra manera más llana, cuando alguien nos advierte de lo mal que nos va a ir en ese u otro aspecto de continuar en una dirección trazada que en aquel momento no nos proporciona ningún dolor de cabeza, lo despachamos rápidamente y lo etiquetamos de aguafiestas. No hay duda que demasiados agoreros apocalípticos han hecho mucho daño a la verosimilitud de muchas de estas afirmaciones sobre futuros inmediatos. Pero hay momentos en la historia en que ese futuro se hace realidad: La burbuja inmobiliaria en nuestro país, con la consiguiente crisis, es un ejemplo cercano en experiencia y en el tiempo de lo que hablamos.


En educación, y desde este y otros espacios web, los augurios no son nunca todo lo positivos que quisiéramos y si bien en este blog huimos del catastrofismo que impregna muchas de las opiniones sobre educación, vengan de donde vengan, no es menos cierto que el término "innovación" ya hace tiempo que merece parte de nuestra atención, pues en nombre de tan bella palabra (con todo lo positivo que ella implica en términos de investigación, evolución y adaptación sea en el ámbito que sea) se vienen cometiendo auténticos disparates en la escuela de los que humildemente pretendemos dar testimonio, argumentando y ciñéndonos a lo que la ciencia dice en dichas cuestiones, como por ejemplo los estilos de aprendizaje.

Si pretendemos desmontar la pseudociencia que se halla en esas pretendidas innovaciones (que en muchos casos no son tal, pues tienen más años que Matusalén) es porque creemos en el valor de la investigación científica como motor del progreso en nuestra sociedad. Y la ciencia y su método es la mejor herramienta con la que contamos para intentar explicar la realidad (posmodernos abstenerse). Como tal, la ciencia no se casa con nadie, no intenta consolar ni dar pábulo a unas ideologías u otras (aunque muchas veces se apele a ella para hacerlo). Simplemente intenta decirnos que funciona y qué no y cómo lo hace. En términos muy básicos, y poniendo un ejemplo manido pero que siempre nos ha gustado, puedes no creer en la ley de la gravedad que la ciencia hace tanto tiempo que nos ha explicado, pero esa falta de creencia no hará que en caso de que saltes por la ventana de un cuarto piso la gravedad no te afecte. Y así con muchas más cosas. Desde nuestro querido blog del Efecto Mcguffin (que tenemos abandonado por intentar trabajar en este) hemos traducido decenas de artículos que tratan de este y otros temas, muchas veces ligados a la medicina y otras a lo mal llamado "paranormal". 

Pero entremos en materia recuperando el hilo de lo dicho al principio de este artículo. Apelando al Sr. Murphy, si algo va mal irá a peor. Y hasta aquí hemos llegado en cuanto a innovación y el descrédito que ha sufrido este término cuando de educación se trata. Fíjense en el show que nos ha montado TVE (sí, esa que pagamos entre todos) y Telefónica (sí, esa que en su momento pagamos entre todos, antes de privatizarla y dejarla en manos de los amiguetes del gobierno de turno):


Casting de profesores innovadores

Fundación Telefónica y TVE viajan por toda España en busca de los profes más innovadores para participar en el nuevo programa de televisión 'Poder Canijo'.



¿Eres un apasionado por la enseñanza? ¿Buscas siempre la manera de innovar para  mejorar el aprendizaje de tus alumnos? ¿Tus clases son la antítesis del aburrimiento?
¿Eres el profesor más creativo en primaria o secundaria? Entonces, ¡inscríbete!

TVE y Fundación Telefónica buscan a los docentes más innovadores de España que formarán parte de 'Poder Canijo', el nuevo programa que emitirá la cadena pública en las próximas fechas, producido por DLO Producciones, con el fin de reconocer el talento de los docentes y su contribución a la transformación del mundo educativo.
Podrán presentarse al programa docentes en activo, tanto de Primaria o Secundaria, de toda España que tendrán que superar un casting abierto presentando su candidatura en 'http://www.fundaciontelefonica.com/educacion_innovacion/programa-tve/', según informa RTVE.
Aparte de sus datos de contacto, los candidatos deberán explicar cómo trabajan habitualmente en sus aulas: su manera original de explicar Matemáticas, Física o Música, el proyecto con el que consiguen que sus alumnos conozcan mejor las problemáticas sociales, adquieran afición por la Historia o la Literatura, o el uso de las tecnologías para optimizar el aprendizaje de idiomas.

Aquí lo tenemos, ya llegó: la innovación educativa como puro show de televisión, como concurso donde dar rienda suelta a la originalidad de cada profesor. Una Operación Triunfo para maestros. Si nos lo dicen hace unos años, hubiésemos dicho que esto era imposible y que era sin lugar a dudas una exageración. No es que estemos harto de los publi-reportajes que desde hace años algunas escuelas privadas y movimientos educativos ligados a estas escuelas de cientos de euros mensuales por matrícula hagan en medios como El Mundo, El Periódico o El País, con el cinismo que supone hablar del supuesto éxito educativo de su metodología, con la criba previa en la elección del alumnado que se hace en todos ellos. No es que cada uno de estos publi-reportajes lleven de propina cierta carga de fondo donde se ataca a la escuela pública por no ser tan guay ni saber reciclarse como sí lo hacen estos portentos de la educación sibarita. No es que estemos hartos de hablar de los intereses de todo tipo que cada nueva innovación educativa milagrosa, salvadora y definitiva, supone para las editoriales, empresas o grupos de presión que se involucran con ellas. No es que esto ya hace tiempo que se ha convertido en un circo en el que la verdadera innovación, la que debe apoyarse desde la investigación y los datos, prácticamente no existe. El problema es que el continente es el rey y el contenido un estorbo. El espectáculo es el protagonista y lo que conseguimos con todo este boato educativo, una nimiedad en cuanto a importancia. Lo racional ha dado paso a lo emocional sin que lo primero pueda hacer de contrapunto (necesario) a tantos brindis al sol (véase el tema del Brain Gym, por ejemplo). 

No, no vamos a caer en el error de llamar al Apocalipsis. Pero quizás vaya siendo hora de plantarnos ante tanta estulticia y no hacer seguidismo de tanta inanidad disfrazada de espectáculo para el solaz de egocéntricos (que haberlos haylos en esta profesión: ¿serán parte del jurado televisivo de este esperpento?) y empresas cuyas razones no están ni mucho menos por la mejora del sistema educativo de este país, aunque así lo digan.